Si el trabajo a distancia llegó para quedarse, ¿Cómo podemos hacer que funcione para todos?

El cambio del trabajo al home office, es uno de los legados que nos ha dejado la pandemia. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que funcione para todos? ¿Y qué han puesto en marcha los países para acompañar esta transición? El más reciente estudio del grupo Adecco, «Cómo hacer que el teletrabajo funcione para todos», expone algunos de los retos relacionados con la implementación del trabajo a distancia y compara la normativa vigente en 16 países.

El teletrabajo ha llegado para quedarse, al menos así lo sugieren numerosas investigaciones. El Grupo Adecco encuestó a 8.000 trabajadores de oficina, directivos y cabezas de equipo en 8 países, y los resultados fueron sorprendentes: el 74% de los trabajadores desearía una combinación de trabajo en la oficina y a distancia en el futuro y el 79% de los managers de las empresas cree que el negocio se beneficiará de permitir una mayor flexibilidad.

Sin embargo, la puesta en marcha de modelos de trabajo a distancia e híbridos no está exenta de desafíos. Desde el riesgo de aumento de las desigualdades, caída de la productividad y la incertidumbre en torno a los impuestos, costes y los salarios, la transición hacia modelos de trabajo híbridos no será un éxito si no va acompañada de las políticas adecuadas.

Algunos países han hablado de ello y han establecido un marco legislativo en torno al trabajo a distancia. Colombia, por ejemplo, cuenta desde marzo con una ley que regula el trabajo en casa y busca dar normas claras a las personas que hacen uso de esta figura. Esta ley contempla el auxilio a la conectividad digital que aplica para aquellas personas que ganan hasta dos salarios mínimos legales vigentes y que normalmente recibirían el subsidio de transporte en su trabajo presencial. El informe de Adecco ofrece una visión comparativa del estado de la legislación en torno al trabajo a distancia en 16 países y esboza una serie de recomendaciones para que los empresarios tomen medidas y los gobiernos apliquen políticas que acompañen con éxito esta transición hacia el futuro del trabajo.

Los retos del teletrabajo

Desigualdad: si no se regula, el trabajo a distancia podría agravar las desigualdades, ya que no todos los trabajadores disfrutan del mismo acceso a este modelo. También pueden surgir diferencias entre los trabajadores que deciden volver al lugar de trabajo y los que no.

Productividad: para que el trabajo a distancia vaya acompañado de un aumento de la productividad, hay que prestar mucha atención al bienestar físico y mental de los trabajadores.

Ciberseguridad y herramientas informáticas: la difusión del modelo de trabajo a distancia ha hecho que las empresas sean aún más vulnerables a los ciberataques. Las inversiones en herramientas informáticas son cruciales. La reconversión y la mejora de las cualificaciones de la mano de obra también permitirán a los empleados aprovechar todo el potencial del modelo de trabajo a distancia.

Recomendaciones políticas 

Para garantizar que el trabajo a distancia se aplique de forma inclusiva, sostenible y segura, los gobiernos deberán tomar medidas orientadas hacia los siguientes objetivos:

Abordar las desigualdades: Promover el trabajo a distancia para los grupos desfavorecidos y las poblaciones desatendidas.

Invertir en infraestructura: Invertir en infraestructuras cerrará la brecha de conectividad entre las zonas urbanas y rurales.

Considerar los impuestos: adaptar el sistema fiscal al trabajo a distancia y participar en negociaciones fiscales bilaterales o multilaterales para evitar una doble carga fiscal para los trabajadores a distancia.

Reestructuración: Apoyar el esfuerzo de las empresas por recualificar y mejorar la mano de obra.

Recomendaciones empresariales

Tanto empleadores como empresarios deberán trazar una hoja de ruta para promover el bienestar físico y mental de sus trabajadores. Por ello se deberá tener en cuenta acciones como:

Abordar las desigualdades: rediseñar los puestos de trabajo para permitir el trabajo a distancia siempre que sea posible, para que un mayor sector de la población tenga más flexibilidad.

Invertir en infraestructuras: invertir en infraestructuras TIC y mejorar su ciberseguridad para que el trabajo a distancia sea una opción segura para la empresa.

Capacitar y mejorar las habilidades: determine la brecha de habilidades digitales de la plantilla y mejore las habilidades siempre que sea posible para que los trabajadores se sientan cómodos en su situación de trabajo desde casa.

Gestión: promover una gestión basada en la empatía, la agilidad y la creatividad.

El trabajo a distancia podría ser un punto de inflexión en el mundo laboral. Con las políticas adecuadas, su implantación a largo plazo impulsará la productividad, fomentará un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, y abordará la escasez de talento. Es crucial acompañar la transición para que sea inclusiva, justa y rentable. El Grupo Adecco se compromete a hacer que el futuro funcione para todos, a distancia o no, y por ello animamos a los interlocutores sociales a participar en el tema.

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