El sector sanitario es uno de los principales motores de desarrollo económico y social de los países con economías desarrolladas; considerando que hoy las enfermedades crónicas representan más del 60% de todas las enfermedades mundiales.
Las restricciones presupuestarias ligadas a las medidas de control del déficit no tienen previsión de cambio. Además, los procesos de digitalización e innovación con metodologías costo-eficientes juegan ya un papel fundamental en el desarrollo de soluciones. Todas ellas con un objetivo común, permitir ahorrar en gasto sanitario.
El sector sanitario y asistencial está empleando una cultura organizacional que pone de foco al paciente. En consonancia a esto, todos los sectores que dan apoyo sanitario deberán homogeneizarse con el mismo, y para conseguirlo, deberán implementar las medidas necesarias.
Desde los departamentos de Recursos Humanos, los efectos se verán reflejados en el área de captación de nuevos talentos y la formación de nuestras estructuras actuales. Para las actividades de captación y selección cada vez más se buscará un nivel mayor de capacitación técnica, resultando indispensable el enfoque en un entorno en el que la innovación es cada vez más determinante.
También deberemos asegurarnos de contar con los equipos adecuados. Los avances tecnológicos evolucionan en muy poco tiempo. Por ello, los instrumentos del sector sanitario deben estar al día y el personal que los maneje debidamente capacitados. Será la única manera de superar este terreno de cambio, riesgo e incertidumbre.
Por otro lado, se deberán implementar cambios organizacionales, los cuales deben estar enfocados a entender que, en un paradigma de innovación, el éxito no está asegurado. Por ello, se debe buscar potenciar una cultura abierta al error. La resistencia a la frustración será la competencia en la que más se trabaje en las compañías del sector sanitario.