La era post-covid trae consigo nuevas medidas a tener en cuenta para desarrollar un equilibrio de conciliación entre empleo y vida privada.
Cuando se trata de lograr el equilibrio en la conciliación laboral y personal, palabras y hechos son cosas muy diferentes. No es por falta de intentos, pero con demasiada frecuencia el equilibrio entre la vida laboral y personal se convierte en una promesa vacía.
Para muchos, la libertad de trabajar desde casa durante el confinamiento ha sido reveladora. Se permite a las personas diseñar su vida a su manera. Por ejemplo, comenzar temprano y terminar a las 4 de la tarde, tomar un almuerzo más largo porque se ha adelantado en el proyecto, tomarse 15 minutos adicionales para el almuerzo para pasar más tiempo con el niño, etcétera.
Entonces, ¿esto significa que debemos redefinir el equilibrio en conciliación laboral y personal? Puede. Pero antes de adelantarnos, veamos 8 aspectos para tener en cuenta al construir una nueva conciliación entre la vida laboral y personal.
Tanto tú y tu equipo debéis estar completamente informados sobre por qué es importante el equilibrio entre el trabajo y la vida si queréis defenderlo con éxito. Por ello, a continuación, os dejamos un breve repaso:
Los empleados a menudo no aprecian la cantidad de trabajo que realiza RRHH en segundo plano para mantenerlos a todos felices y productivos. Pero una cosa que se nota es su comportamiento dentro y fuera de la oficina.
Se puede informar a los trabajadores que su horario es hasta las 6 de la tarde y que disponen de 30 días naturales de vacaciones anuales. Pero si sus jornadas se extienden rutinariamente hasta las 8 de la tarde y pocas veces tienen vacaciones, será difícil que crean al empresario.
El comportamiento del empleador establece una expectativa, incluso si no lo hace en serio. Por ello, si el jefe es un adicto al trabajo, jamás podrá constituir una cultura de equilibrio trabajo-vida a no ser que se le aplique a sí mismo.
Para mejorar la conciliación en la empresa, ésta debe constituirse como una prioridad estratégica importante en lugar de una viñeta en la agenda de Recursos Humanos. Para muchas empresas, este es un cambio cultural importante y deben tratarlo en concordancia. Esto significa que, como responsable, necesitarás la aceptación y el apoyo del equipo ejecutivo para impulsar el cambio desde arriba.
Tendrán que ser un modelo para seguir para el equilibrio entre vida y trabajo, pero se debe ir mucho más allá. Los ejecutivos son el motor que impulsa el cambio cultural: «descongelar» viejas creencias y suposiciones, impulsar el cambio estableciendo, comunicando y modelando nuevos comportamientos y resultados, y luego «recongelando» la organización para encerrar esa nueva cultura a través del refuerzo.
Promover el equilibrio entre la vida laboral y personal no es suficiente. Hay que asegurarse de que los empleados aceptan la oferta. De lo contrario, solamente perderás el tiempo.
Esto significa que se debe capacitar a los gerentes sobre cómo detectar el agotamiento inminente y la conciliación. Una vez detectados estos aspectos, los gerentes necesitan el poder para tomar medidas significativas. Como enviar a ese empleado a su casa para despejarse, por ejemplo.
El departamento de RRHH no puede asumir al completo la responsabilidad de la cultura de conciliación de la empresa. Necesita externalizar a las personas en el terreno y con las que interactúan todos los días.
Nunca se establecerá una cultura de conciliación óptima a menos que se defina con antelación y se comprueben los comportamientos que conlleva.
Para algunas empresas, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede referirse exclusivamente a alentar las vacaciones. Vacaciones reales, no estar tumbado en la playa con el portátil encendido y recibiendo llamadas mientras se disfruta de una bebida fresca. Para otros, significará tiempo flexible, o trabajo compartido, o iniciativas de trabajo desde casa.
El objetivo es reducir el «queremos un mejor equilibrio trabajo-vida» a «queremos dar vida a nuestra cultura de conciliación haciendo x». Posteriormente se deben reforzar los comportamientos deseados, para que los empleados sepan que no son solo palabras. La clave está en decidir qué iniciativas importan, establecer expectativas claras y reforzarlas.
Se deben reforzar las expectativas y luego establecer reglas de riguroso cumplimiento. Prohibir los correos electrónicos después del trabajo o hacer cumplir horarios de oficina súper estrictos no es necesariamente la mejor ruta. De hecho, las ideas de disciplina y aplicación generalmente están en desacuerdo con la premisa de equilibrio entre vida laboral y personal.
La conciliación es mucho más que alentar a los empleados a tomarse más tiempo libre. Se trata de darles más espacio para ser ellos mismos, para que puedan aportar más a la mesa en el lugar de trabajo.
El equilibrio trabajo-vida es, en esencia, flexibilidad e individualismo. La mejor iniciativa de conciliación reconoce y crea espacio para esa individualidad, al tiempo que promueve comportamientos equilibrados.
Esto se relaciona con lo anterior, porque el equilibrio entre el trabajo y la vida personal no debería ser dictatorial. En cambio, alentar a los empleados a hablar abiertamente sobre sus propias necesidades, comentarios y desafíos para ser más equilibrados fomenta la conciliación, pues no se trata de un simple problema organizacional.
Es un desafío individual.
Es posible que necesiten ayuda para superar sus propios hábitos (como desconectarse de la tecnología, por ejemplo) y pensar de manera diferente sobre el trabajo. Y eso exige una conversación, no una serie de reglas estrictas.
No tiene sentido ser transparente con los empleados actuales si las nuevas contrataciones no forman parte de la cultura empresarial de conciliación. Lo que significa que el programa de reclutamiento tiene trabajo por delante.
Piensa en tu propio proceso de incorporación. Si te centras exclusivamente en compartir información explícita sobre cómo trabajar contigo (reglas, regulaciones, procesos y personas), entonces no estás exactamente donde deberías estar.
Reinventar el proceso de reclutamiento para que resulte atractivo y esté basado en la experiencia es la manera de establecer y consolidar una cultura de conciliación desde el primer momento que se pasa a formar parte de la empresa.