La digitalización llega al sector de la automoción y tendencias

La digitalización, el aumento de la automatización y los nuevos modelos de negocio han revolucionado otras industrias y el sector de la automoción no es la excepción. Estas fuerzas están dando lugar a cuatro tendencias disruptivas impulsadas por la tecnología en la industria del automóvil: movilidad diversa, conducción autónoma, modelos eléctricos y conectividad.

La mayoría de los actores y expertos de la industria están de acuerdo en que las cuatro tendencias se reforzarán y acelerarán mutuamente. La industria automotriz está lista para irrumpir.

Dada la comprensión generalizada de que la disrupción que cambia el juego ya está en el horizonte, todavía no hay una perspectiva integrada sobre cómo se verá la industria en 10 o 15 años como resultado de estas tendencias.

Con ese fin, nuestras seis perspectivas clave sobre la «revolución automotriz 2030» están destinadas a proporcionar escenarios sobre qué tipo de cambios se avecinan y cómo afectarán a los fabricantes y proveedores de vehículos tradicionales, nuevos actores potenciales, reguladores, consumidores, mercados y cadena de valor automotriz.

Tendencias más sólidas

A la velocidad en que está cambiando el panorama, es difícil hacer referencia a cambios deterministas. No obstante, es posible hacerse una idea sobre los supuestos más probables.

1. Movilidad compartida

La movilidad compartida dará un impulso a los servicios de conectividad y a las actualizaciones de funciones. Los nuevos modelos de negocios podrían expandir los grupos de ingresos automotrices en aproximadamente un 30%, llegando a $ 1.5 billones.

El grupo de ingresos en automoción aumentará y se diversificará significativamente hacia los servicios de movilidad bajo demanda y los servicios basados ​​en datos. Esto podría crear hasta $ 1.5 trillones más. Estos son los ingresos potenciales adicionales calculados para 2030.

La conectividad y la tecnología autónoma permitirán que el automóvil se convierta en una plataforma con otras utilidades. Los conductores y los pasajeros podrán usar su tiempo en tránsito para consumir nuevas formas de medios y servicios o dedicar el tiempo libre a otras actividades personales.

La creciente velocidad de la innovación, especialmente en los sistemas basados ​​en software, requerirá que los automóviles sean actualizables. A medida que las soluciones de movilidad compartida con ciclos de vida más cortos se vuelvan más comunes, los consumidores estarán constantemente al tanto de los avances tecnológicos, lo que aumentará aún más la demanda de capacidad de actualización en automóviles de uso privado.

2. Previsiones de crecimiento

A pesar de un cambio hacia la movilidad compartida, las ventas de unidades de vehículos continuarán creciendo. De todos modos, es probable que esa tasa vaya disminuyendo alrededor del 2% anual.

Las ventas globales de automóviles a nivel mundial continuarán creciendo, pero se espera que la tasa de crecimiento anual disminuya del 3.6%, en los últimos cinco años, a alrededor del 2% para 2030. Esta caída se verá impulsada, en gran medida, por factores macroeconómicos y el aumento de los nuevos servicios de movilidad.

Un análisis detallado sugiere que las áreas densas con una base de vehículos grande y establecida son terreno fértil para estos nuevos servicios de movilidad. Muchas ciudades y localidades de Europa y América del Norte se ajustan a este perfil.

Los nuevos servicios de movilidad pueden dar lugar a una disminución de las ventas de vehículos privados. No obstante, es probable que esta disminución se compense con un aumento de las ventas de vehículos compartidos. Estos automóviles deben reemplazarse con mayor frecuencia debido a un mayor uso y al desgaste relacionado.

El impulsor restante del crecimiento en las ventas mundiales en el sector de la automoción es el desarrollo macroeconómico positivo en general, incluido el aumento de la clase media. Sin embargo, con la desaceleración del crecimiento de los mercados establecidos, el crecimiento seguirá dependiendo de las economías emergentes, particularmente de China.

3. Las preferencias del consumidor

El comportamiento de la movilidad del consumidor está cambiando. Esto contribuirá a que uno de cada diez autos vendidos en 2030 sea potencialmente un vehículo compartido. Este hecho desencadenará un cambio en otras áreas de la industria del automóvil. Por ejemplo, el sector de la automoción tendrá que hacer frente al aumento de un mercado para soluciones de movilidad adaptadas al carsharing.

Las preferencias cambiantes de los consumidores, la regulación más estricta y los avances tecnológicos se suman a un cambio fundamental en el comportamiento de la movilidad individual.

Las personas usan cada vez más modos de transporte para completar su viaje y los bienes y servicios se entregan a los consumidores en lugar de ir a buscarlos. Como resultado, el modelo comercial tradicional de ventas de automóviles se complementará con una diversa gama de soluciones de movilidad y bajo demanda. Esta será la tónica, especialmente en entornos urbanos densos que desalientan de manera proactiva el uso de automóviles privados.

Los consumidores de hoy usan sus automóviles como vehículos de uso múltiple, ya sea que viajen solos al trabajo o lleven a toda la familia a la playa. En el futuro, se aventura gran flexibilidad para elegir la mejor solución para un propósito específico. Entra en juego el concepto “bajo demanda” o “bajo petición”, a través de sus teléfonos inteligentes.

Lo cierto es que ya podemos apreciar signos tempranos de que la importancia de la propiedad del automóvil privado está disminuyendo. En Estados Unidos, por ejemplo, la proporción de jóvenes (de 16 a 24 años) que poseen licencia de conducir se redujo del 76% en 2000 al 71% en 2013.

En cambio, y para el mismo tramo de edad, se ha experimentado un crecimiento anual de más del 30% de los usuarios que son miembros de empresas de automóviles compartidos. Esta tendencia se ha constatado tanto en algunos estados de Norteamérica como en países influyentes de la Unión Europea, como es el caso de Alemania.

Vemos que los clientes de servicios de automóvil han adquirido nuevos hábitos. Buscan, cada vez más, soluciones personalizadas para cada propósito. Esta realidad obligará al sector de la automoción a tener en cuenta nuevos y diversos segmentos de vehículos especializados, diseñados para necesidades muy específicas.

Como resultado de este cambio a diversas soluciones de movilidad, es probable que hasta uno de cada diez autos nuevos vendidos en 2030 sea un vehículo compartido. Este hecho podría reducir las ventas de vehículos de uso privado.

La consecuencia inmediata es que más del 30% de los kilómetros recorridos en autos nuevos podrían ser de movilidad compartida. En esta trayectoria, uno de cada tres coches nuevos vendidos podría ser un vehículo compartido para 2050. La digitalización del sector de la automoción juega un papel fundamental para alcanzar estos objetivos.

4. La influencia del entorno

El tipo de ciudad reemplazará al país o región como segmento más relevante para determinar el comportamiento de movilidad. Esto también afectará a cuestiones como la velocidad y el alcance de la revolución automotriz.

Comprender dónde se encuentran las futuras oportunidades comerciales requiere de una visión completamente detallada de los mercados de movilidad. Específicamente, es necesario segmentar estos mercados por tipos de ciudad basándose principalmente en su densidad de población, desarrollo económico y prosperidad.

En esos segmentos, las preferencias de los consumidores, la política y la regulación y la disponibilidad y el precio de los nuevos modelos de negocio serán muy diferentes. En megaciudades como Londres, por ejemplo, la propiedad de automóviles ya se está convirtiendo en una carga.

Las tarifas de congestión, la falta de estacionamiento, los atascos, etc., pesan a la hora de comprar un coche. Por el contrario, en áreas rurales menos pobladas, el uso de automóviles privados seguirá siendo el medio de transporte preferido.

El tipo de ciudad se convertirá así en el indicador clave del comportamiento de la movilidad, reemplazando la perspectiva regional tradicional del mercado. Para 2030, el sector de la automoción en Nueva York probablemente tendrá mucho más en común con el de Shanghai que con el de Kansas.

5. La regulación del mercado del automóvil

Una vez que se hayan resuelto los problemas tecnológicos y regulatorios, hasta el 15% de los autos nuevos vendidos en 2030 podrían ser completamente autónomos. Es poco probable que los vehículos totalmente autónomos estén disponibles comercialmente antes de 2020. Mientras tanto, los Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (ADAS, de sus siglas en inglés) desempeñarán un papel crucial. Serán la pieza fundamental a la hora de determinar los reguladores. También servirán para que los consumidores y las corporaciones estén preparados, a medio plazo, para tomar el control de estos vehículos.

La introducción en el mercado de ADAS ha demostrado que los principales desafíos que impiden una penetración más rápida en el mercado son los precios, la comprensión del consumidor y los problemas de seguridad.

Con respecto a la preparación tecnológica, los agentes tecnológicos y las nuevas empresas probablemente también desempeñarán un papel importante en el desarrollo de vehículos autónomos.

La regulación y la aceptación del consumidor también pueden presentar obstáculos adicionales para estos coches. Sin embargo, una vez que se aborden estos desafíos, los vehículos autónomos ofrecerán un valor enorme para los consumidores. Por ejemplo, tendrán la capacidad de trabajar mientras viajan diariamente o la posibilidad de usar las redes sociales o mirar películas mientras viajan.

En un escenario progresivo, los automóviles totalmente autónomos representarían hasta el 15% de los vehículos de pasajeros vendidos en todo el mundo en 2030.

6. Los coches eléctricos

Los coches eléctricos se están volviendo cada vez más viables y competitivos. Es una de las grandes bazas de la digitalización del sector de la automoción. En estos momentos la industria del automóvil se encuentra inmersa en adaptarse a los modelos disruptivos que potencian el mercado.

Las regulaciones sobre emisiones son más estrictas, los costes de las baterías son más bajos, la infraestructura de carga es más amplia y la aceptación del consumidor es creciente. Estas cuestiones crearán un impulso nuevo y fuerte para la penetración de vehículos eléctricos (híbridos, enchufables, baterías eléctricas y celdas de combustible).

En 2030, la proporción de vehículos eléctricos podría variar del 10% al 50% de las ventas de coches nuevos. Las tasas de adopción serán más altas en las ciudades densas desarrolladas, con estrictas regulaciones de emisiones e incentivos para el consumidor (exenciones de impuestos, privilegios especiales de estacionamiento y conducción, precios de electricidad con descuento, etc.).

Está claro que, a medida que los automóviles se integran cada vez más en el mundo conectado, los fabricantes de automóviles no tendrán más remedio que participar en los nuevos ecosistemas de movilidad que surgen como resultado de las tendencias tecnológicas y de consumo. La digitalización ha llegado al sector de la automoción y no queda más remedio que asumir este proceso disruptivo.