Muchas compañías se han dado por aludidas ante las crecientes expectativas de su equipo humano. Sobre todo han tomado conciencia de la demanda de acciones enfocadas a lograr una conciliación laboral para empresas y empleados.
Los empleadores de la era digital están experimentando un cambio de mentalidad. Esta nueva forma de actuar llega avalada por un grado madurez acorde con la evolución hacia un modelo cultural empresarial más acorde con la era digital y la industria 4.0.
Gracias a ello, las empresas comienzan a implementar medidas específicas para promover un equilibrio entre el trabajo y la vida personal del empleado. Lo cierto es que se ha comprobado que estas acciones no solo benefician al trabajador. Las organizaciones también sacan partido de ello.
El equilibrio trabajo-vida se ha convertido en mucho más que un simple concepto atractivo. Un número cada vez mayor de empresas confían en ello. Saben que, de esta manera, sus empleados pueden llevar un estilo de vida más equilibrado.
Los empleados equilibrados y felices son, en última instancia, más productivos y están más motivados. Si una empresa, ya sea consciente o inconscientemente, destruye la vida privada de un empleado con demasiadas horas extra o una enorme cantidad de presión, inevitablemente provocará insatisfacción y estrés.
Estas circunstancias indeseables pueden conducir a problemas de salud, disminución de la productividad y alienación de la empresa. Aumentará el índice de absentismo laboral y el número de errores humanos.
La reputación de la empresa también se verá comprometida bajo las opiniones negativas de sus propios trabajadores. Esto provocará que se extienda un descrédito que hará más difícil la tarea de atraer y retener talento.
La insatisfacción general de los empleados en todo el mundo demuestra lo lejos que estamos de lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, el mundo laboral está cambiando lentamente a medida que más y más empresas comienzan a adaptar la idea y también la promueven específicamente.
Lo que sabemos con certeza es que todas las partes se benefician con la conciliación laboral. No obstante, con demasiada frecuencia, nuestra sociedad orientada al desempeño ignora la importancia del principio de «empleado feliz».
Esta realidad deseable todavía causa confusión y escepticismo dentro de las organizaciones. La causa que sostiene esta reticencia viene de lejos. Un elevado porcentaje del tejido empresarial sigue anclado en la cultura del presencialismo. El empleador piensa que el trabajador solo produce mientras se encuentra presente en el lugar de trabajo.
La cultura presencialista se arrastra desde la Revolución Industrial y se institucionalizó a lo largo del siglo XX. Sin embargo, el uso de las Nuevas Tecnologías y la entrada en acción de aplicaciones, software y dispositivos impulsan un nuevo modelo de empresa. Esto se ve reforzado con ciertas tendencias de conciliación.
La Inteligencia Artificial y el Machine Learning permiten que las máquinas se encarguen de trabajos duros, peligrosos o repetitivos. El trabajador puede gozar de un tiempo muy valioso para dedicarse a tareas más productivas y que aporten valor.
Esa misma tecnología ha propiciado que un empleado no tenga por qué pasar toda su jornada laboral en la sede de la empresa. La movilidad ha flexibilizado la forma de trabajar. Los horarios pueden ser más cómodos y las tareas se pueden llevar a cabo desde cualquier lugar, incluida la propia casa del trabajador, lo importante es el cumplimiento de objetivos.
Las empresas más exitosas se han dado cuenta de que, lejos de perjudicarles, la conciliación laboral y esta nueva metodología de trabajo les beneficia. Por ello, ahora lo importante es alcanzar objetivos. Para ello se emplean metodologías ágiles y se fomenta el trabajo en equipo.
Esto se debe a la competencia y al hecho de que cada eslabón importante en la cadena debe funcionar para seguir siendo competitivo, especialmente en términos de la llamada escasez de trabajadores cualificados.
Pero debe prevalecer la idea de que los empleados no son máquinas que puedan trabajar sin cesar. En la mayoría de los casos, las personas trabajan para vivir y no al revés. Lo contrario solo sirve para aumentar los niveles de estrés laboral.
Queda claro que para los trabajadores la conciliación laboral supone un acicate para sentirse más felices, productivos y comprometidos con su empresa. Pero ¿cuáles son las ventajas que aporta a las organizaciones?
Está claro que en el mercado laboral del siglo XXI resulta imprescindible que las empresas compitan por resultar más competitivas, productivas y reputadas. En este sentido, la conciliación laboral es una estrategia que fomenta el valor añadido de las organizaciones que la ponen en práctica.